Me pasó algo muy fuera de la común dentro de lo que es mi vida en general. La forma con la que conecte con esta persona es increíble y hasta da un poco de vértigo. Es tan parecida a mi que da miedo. Es impulsiva, colgada con las cosas que le gustan, le encanta reír, el humor ácido, es directa. Le gusta más o menos la misma música que a mi. Canta, no se si bien o mal pero no importa, ya con decir que le gusta cantar tiene todo mi respeto. Mira a Marito Baracus, eso fue el remate, en estos momentos es mi persona favorita.
No estoy pudiendo dormir. Se prendió un fuego dentro mío que no voy a poder extinguir fácilmente, no se si quiero tampoco. La sensación de que me apreta el pecho. Las manos torpes. Esos débiles temblores. Estoy anonadado con la actitud de esta chica. Siempre proponiendo, tirando ideas y contando anécdotas divertidas. Nos peleamos por el liderazgo de que hacer después ya que estoy acostumbrado a salir con chicas tranquilas que les da igual todo lo que hacemos. Estoy acostumbrado a salir con chicas que ni ellas saben que quieren, y para lograr algo (si lo logro) tengo que dar mil vueltas y siempre siento como que falta algo. Interés sobre todo.
Le regale un burbujero y quedo copadisima haciendo burbujas por la vida, es un poco infantil, como yo. La quise llevar a Hey Chop como siempre hago cuando invito a alguien y no sabía que hacer cuando llegamos y estaba cerrado. Ahí me dice "ya fue, vamos al kinko y compramos una chela y la tomamos en la rambla". Tan simple como brillante, hicimos eso y es lo mejor que pudimos haber hecho, dado el desenlace.
Estoy feliz, no puedo dormir y mañana tengo que ir a trabajar, la verdad es que me chupa un huevo porque "este pequeño momento de mi vida, se llama felicidad".
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